lunes, 5 de diciembre de 2011

La despeinada

Llegó a través de mi poesía,
yo andaba a la deriva
iba en barlovento,
sin rumbo, sin destino,
sin encontrar un puerto
en el que anclar mis días.
Mi existencia, prolongación del recuerdo,
las sombras de un amor en fuga
enlutaban las horas.
Igual que hoy, en Malmö,
diciembre venía anunciando
la llegada del invierno.
Ella venia despeinada
melena al viento,
su cabello meciéndose en la brisa,
un mechón caído sobre su frente
le daban una expresión de bondad y ternura.
Mis ojos se recrearon en su cabellera.
Cuando entré en los laberintos de su pelo ,
era oscura la senda que traían mis pasos...
caminé noche y día

peregrino insomne
caminé días y noches
Caminé y caminé
por sus cabellos despeinados
y la senda oscura de mis pasos
la iluminó la clara luz de su mirada...
y llegó este poema amaneciendo en sus cabellos.

Del proyecto de poemario El árbol de la vida