La conocí en otoño cuando los árboles
lucen colores amarillos
y la naturaleza tiene en su mirada
un dejo de soledad y de tristeza.
Ella vestía de primavera
traía todo el universo reflejado
en sus ojos.
En su piel los arroyos nadaban en el río,
en sus manos cabían las caricias nocturnas
y en su alma anidaban mariposas
de ensueños.
¿ Que más decir ? si lo nuestro duró
lo que dura el otoño,
después ella se fue
con actitud de ave migratoria.
Se llevo el universo reflejándose en sus ojos,
las caricias quedaron huérfanas
en la inmensidad de soledades y silencios.
En la penumbra de la madrugada
mariposas de ensueño acompañan mi insomnio.
Al alba la tenue luz que penetra
a través de las ventanas,
me sorprenden esperando el nuevo día.
Afuera los árboles visten trajes amarillos,
la naturaleza tiene en su mirada
un dejo de soledad y tristeza
Extracto del proyecto de poemario: El árbol de la vida
